domingo, 19 de agosto de 2012

Tiempos modernos (1936) de Charles Chaplin


El amor como salvación en los tiempos difíciles



“La desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas.”
                                                                                                      
                                                                                                                                        -Karl Marx-

“El día que el hombre se dé cuenta de sus profundas equivocaciones, se habrá acabado el progreso de la ciencia”
                                                                                                                       -Charles Chaplin-


Sinopsis:

 Charlot trabaja en una fábrica, el aburrimiento lo vuelve loco, lo internan en una clínica y cuando sale no tiene trabajo. Hay un malentendido y lo confunden con un dirigente comunista y lo meten en la cárcel. Cuando sale continúa sin trabajo, conoce a una chica tan pobre como él y se van a vivir juntos. Obtiene un nuevo trabajo de vigilante nocturno, el que lo lleva de nuevo a la comisaría. Sin embargo, la muchacha consigue trabajo para los dos en un gran café. Cuando todo parece estar bien, la policía descubre que la muchacha se había escapado de un reformatorio y los dos deben huir de nuevo en busca de una vida mejor. 




Análisis de la película
           
    La película está contextualizada en la época de la Gran Depresión y la problemática social desencadenada, desempleo, miseria, hambre, aumento de la delincuencia provocado por las dificultades económicas y sobre todo decepción, amargura, impotencia y desesperación de la gente.
    Las escenas iniciales muestran varias metáforas de las circunstancias de la época. Inicia con la imagen de un reloj, en el sistema capitalista “el tiempo es oro”, este no se puede derrochar pues se baja la productividad. Además, se muestra una imagen de una manada de ovejas que corre desaforado, hacia el campo o hacia el matadero. De forma paralela se presenta otra imagen que muestra un grupo de hombres, obreros que se dirigen a su trabajo, caminan desesperados con la preocupación de llegar tarde al trabajo. Cuando llegan a la fábrica se hacen una sola carne con la máquina, se confunden, son en realidad hombres-máquina.
       Es interesante la estética que usa Chaplin en la película, pues apuesta por hacer la película muda, aunque el cine mudo había quedado atrás hacía varios años. Todas las palabras que se ven están escritas, tal vez quiere mostrar la impotencia de la gente de la época, las cuales realmente no tenían voz. Las primeras palabras de la película dicen: “Industria, iniciativa individual, la cruzada de la humanidad en busca de la felicidad”.
        El personaje principal, Charlot, es una persona desencantada del sistema, no es como los otros obreros que están completamente mecanizados política y culturalmente. No hay espacios de descanso, de recreación. Constantemente el presidente de la compañía indica que deben aumentar la velocidad del trabajo. Los otros obreros no dicen nada, no se defienden.
      Lo anterior muestra que la explotación laboral es algo realmente vigente en todo el contexto socioeconómico, lo que se debe a las malas condiciones laborales, había mucha gente desempleada, es decir que si no se rendía lo que el empleador quería, el puesto se lo daban a otra persona que rindiera más. El trasfondo de todo es la propiedad privada, ya que a medida que la industrialización se hace más fuerte, el mundo exterior no provee medios para subsistir.
    Algunas de las costumbres laborales que se muestran en la película no ha desaparecido, al contrario, se han consolidado con los años, por ejemplo la costumbre de marcar la tarjeta de entrada y salida. Además, los conceptos de “producción”, “productividad”, “eficacia”, “competitividad” entre otros, que son representados por medio de la famosa máquina que alimenta a los obreros mientras están trabajando. El vendedor que la promociona le dice la presidente de la compañía lo siguiente: “La máquina de comer Velox, alimenta a sus hombres mientras descansan, suprima el descanso del almuerzo, adelántese a la competencia, aumentará su productividad y reducirá el capítulo de gastos. Permítanos hacer una demostración con uno de sus trabajadores, porque una imagen vale más que mil palabras”.
      Charlot es “el conejillo de indias” con él prueban la máquina, la que se vuelve loca y no es posible parar, en medio de la confusión, es alimentado con tornillos en vez de pan, una vez más la idea de que los seres humanos son máquinas. Este evento termina por volverlo loco, persigue a la gente, se mete entre las máquinas, las desajusta, provoca explosiones y una acción muy cómica, pero con un gran valor simbólico, vierte aceite a los demás obreros para hacerlos funcionar. De esta manera es recluido en una clínica para discapacitados mentales.
            Una vez que sale de la clínica el personaje se ve envuelto en una situación tragicómica, es confundido con un líder comunista durante una manifestación,  por tal razón es encarcelado. “Así que tú eres el líder”.  En la protesta había carteles en varias lenguas, la palabra “libertad” era recurrente. Esto refuerza la idea de globalidad del problema, pero también del sistema capitalista. Además, está presente la denuncia de cómo los trabajadores son tratados como personas sin derechos por la policía y tratados como delincuentes solamente por mostrar su disconformidad con el sistema imperante.
     Su vida en la cárcel es difícil al principio pero después se acostumbra y  mientras lee el periódico se da cuenta que está mejor adentro que salir a la calle y vivir la fatalidad económica y social del sistema. “Huelgas y disturbios callejeros, grupos incontrolados se lanzan contra las colas de comida gratuita”. Lo triste y contradictorio es cuando recibe el indulto por haber abortado un motín dentro de la cárcel, el jefe de la comandancia le dice: “Bueno eres un hombre libre”, pero Charlot expresa: “No puedo quedarme un poco más, estoy tan contento aquí”.
   Hasta aquí se podría hacer una síntesis de los temas planteados y denunciados en la película. La mecanización de la mano de obra es el más evidente y se nota en las acciones exageradas de los personajes, acompañado a la degradación de las condiciones laborales y se hace una sátira de la automatización del trabajo y la explotación laboral y del maquinismo.
   La situación económica del momento había provocado un caos social, había miseria y hambre. Esto queda claro en la escena en la que unos “ladrones” entran en la tienda de departamentos donde trabaja Charlot como guardia nocturno de seguridad. Al final, se da cuenta que no son delincuentes sino desempleados de fábricas tuvieron que recurrir al robo de comida para poder sobrevivir. “No somos ladrones, tenemos hambre”.
  Ante tales problemas sociales, el sistema y sus líderes asumen recurren a la mano dura y reprimen las protestas sociales obreras con violencia, maltrato físico y psicológico, encarcelamiento, de esta manera es clara la denuncia de las violación a los derechos humanos, por ejemplo la libertad de expresión y de asociación. Es decir, la deshumanización es la característica más evidente.
            Por otra parte, en medio de la deshumanización ya descrita, hay una que salva la vida de los personajes, el amor. Chaplin  lo incluye por medio de la historia que nace entre Charlot y la huérfana, una chica que por accidente encuentra en la calle mientras ella robaba un bollo de pan porque tenía mucha hambre. “La golfilla, una criatura de los muelles que se niega a pasar hambre”.
    A pesar de las difíciles condiciones de vida renace una historia de amor, solidaridad, fraternidad y camaradería entre las dos personas que se han quedado en la calle obligados por la circunstancias. El tema del amor en los tiempos difíciles parece ser la única motivación existente de los personajes para salir adelante. Los personajes tratan por todos los medios de salir adelante, buscar un trabajo, sobrevivir y tratar de construir una relación estable y una familia. Al final de la película, la chica está decepcionada y muy pesimista expresa: “De qué sirve intentarlo”, sin embargo, Charlot la alienta y le contesta: “No te des nunca por vencida, nos las arreglaremos” y continúan en la búsqueda de una vida mejor.





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