Comunidad de Longo Mai: producto de un mal desarrollo
o expresión de buen vivir
“…No hay nada
mejor que imaginar otros mundos para olvidar lo doloroso que es el mundo en que
vivimos. Por lo menos, así pensaba yo entonces. Todavía no había entendido que,
imaginando otros mundos, se acaba por cambiar también éste.” (Humberto Eco)
Contextualización
Longo Mai es un movimiento de origen europeo que
nace a finales de la década de los sesenta en respuesta a los acontecimientos
de mayo de 1968 en Francia y su protesta contra la sociedad de consumo y
deplorables condiciones de trabajo que ya se experimentaban en muchos sectores
productivos en aquellos años. El movimiento materializó su propuesta en la
creación de una comunidad autónoma y autosuficiente, en un principio instalada
en distintos países europeos (Austria, Alemania, Suiza y Francia).
La cooperativa conformada desde su constitución
decidió como parte de sus proyectos sociales comprar una finca de 900ha
aproximadamente en Costa Rica, ubicada en el límite entre el cantón de Pérez
Zeledón y Buenos Aires. Esta medida fue tomada como forma de ofrecer un espacio
de asilo político a muchos centroamericanos que se encontraban inmersos en el
conflicto armado en sus países de origen. Lastimosamente la mayoría de los
escenarios de guerra tomaron lugar en zonas rurales, lo que hizo que la
población forzada a movilizarse fuera en su mayoría campesina y sumamente
susceptible a los efectos que trae consigo el desarraigo. Longo Mai en este
sentido ofreció un espacio bastante similar al que estas personas estaban
acostumbradas, dándoles la oportunidad de vivir en un lugar sin tanta violencia
y continuar trabajando la tierra.
La mayoría de las personas que fueron acogidas en
aquel entonces provenían de Nicaragua y El Salvador, luego del triunfo
sandinista mucha de la población nicaragüense decidió regresar, al igual que
muchos salvadoreños, sin embargo muchas de las familias salvadoreñas decidieron
establecerse de forma permanente. Doña Edith, una de las refugiadas
salvadoreñas de aquellos años recuerda con inmenso dolor y tristeza lo difícil
que fue para ella abandonar su país y dejar atrás a la mayoría de su familia,
sin embargo también reconoce la satisfacción y alivio que sintió al llegar a
Longo Mai.
Actualmente la comunidad cuenta una población
aproximada de 400 personas, entre
salvadoreños, nicaragüenses, europeos y costarricenses. El lugar
mantiene una disposición espacial bastante sencilla, existen dos pulperías, una
escuela primaria, dos iglesias (católica y evangélica) y un salón comunal, no
existe un centro o cuadrante clásico con los servicios presentes de muchas
localidades nacionales sino que más bien sigue una lógica lineal de
distribución sobre la calle principal y usualmente única.
Siguiendo la filosofía del movimiento de Longo
Mai, la comunidad se abastece de producción propia de frijol, maíz, arroz,
yuca, plátanos, bananos, plátanos, carne, leche, huevos, frutas, entre otras.
Cuenta también con el ingreso de la venta externa de café y caña de azúcar y
del turismo de tipo rural comunitario. Las fuentes de trabajo externas
realmente son escasas y casi que limitadas a trabajar en Pindeco.
El manejo que se la da a la finca permite a las
familias presentes trabajar la tierra y construir vivienda, sin embargo éstas
no adquieren los derechos de propiedad sobre los terrenos concedidos. El tema
de la propiedad de las tierras históricamente ha sido un rasgo característico y
controversial del lugar, algunas de las familias que visitamos decían haber
pagado por el terreno a donde vivían pero también se declara que nadie en Longo
Mai es dueño de su pedazo de tierra. Se conoce además que han existido
episodios recurrentes de toma ilegal de terrenos a los alrededores de la finca.
Subsistencia como único modo de vida
La finca de Longo Mai se encuentra inmersa
dentro de una región con limitaciones importantes en cuanto a la diversidad en
sus medio productivos, en el paisaje a simple vista se destacan y pueden
enumerarse tres cultivos principales: piña, caña de azúcar y café. El cultivo
de la piña es el dominante y esto como es conocido se debe a la presencia de la
empresa transnacional Pindeco. Por muchos años, esta empresa ha ido
apoderándose de grandes extensiones de tierra tanto en la Zona Norte como Sur
de nuestro país, la explotación de los suelos en aras del maxificar los índices
de producción de este monocultivo ha tenido consecuencias devastadores para los
distintos ecosistemas que ido arrasando a su paso. La compra de tierra a
pequeños propietarios ha establecido una transformación paulatina de estos
campesinos a asalariados de la transnacional. El agotamiento de los suelos y la
contaminación de fuentes de agua hacen que cada vez más sea dificulte poder
trabajar otro tipo de cultivos menos abrasivos.
Desafortunadamente y muy a pesar del impacto negativo de la presencia y
funcionamiento de esta empresa, ésta figura casi como la única fuente de
trabajo. La industrialización de la producción ha disminuido cada vez más el
número de mano de obra necesaria, provocando que a pesar de que constituya como
la única opción laboral, ésta sea también escasa. Buena parte de la población
debe complementar su sustento diario con la vinculación a actividades del
sector informal. Elizabeth
Tinoco, Directora Regional de la OIT para América Latina y el Caribe, comenta
en el último informe Políticas de
Mercado y Pobreza Rural en América Latina que “…la gran cantidad de personas que trabajan en condiciones de
informalidad en el sector rural nos indica la presencia de un importante
déficit de trabajo decente en nuestra región, pues significa que se ganan el
sustento en condiciones precarias, sin seguridad ni derechos y con bajos
salarios”.

Comunidades como Longo Mai e infinidad de muchas otras en nuestro país
pueden ser tomadas como micro cosmos de análisis, unidades donde se resumen y
logramos visualizar muchas de las consecuencias y resultados de procesos
históricos en dónde no primaron los intereses y el bienestar de la mayoría de
la población, decisiones que definitivamente en discurso prometieron abundancia
y crecimiento pero que olvidaron mencionar que sólo iban a ser concedidas a
pocos.
Larga vida: un modelo alternativo de convivencia
A pesar de las dificultades
estructurales que enfrenta Longo Mai, ésta parece contar particularidades
positivas interesantes de lo que a mí parecer podría considerarse en
contraposición también una expresión en construcción y muy auténtica de la
concepción de buen vivir.
Conceptualizado como un movimiento contra hegemónico desde sus inicios la
comunidad Longo Mai internacional ha ofrecido la oportunidad de construir un
modelo de convivencia alternativo, en el contexto europeo representando una
opción más dentro de muchas y para el caso costarricense la única opción para
muchos, sin embargo con el común denominador en ambas de convertirse en una
expectativa de vida diferente.
Como es señalado por Leonardo Boff (2009) “…el
buen vivir apunta a una ética de lo suficiente para toda la comunidad, y no
solamente para el individuo. El «buen vivir» supone una visión holística e
integradora del ser humano, inmerso en la gran comunidad terrenal, que incluye
además de al ser humano, al aire, el agua, los suelos, las montañas, los
árboles y los animales…”
La población de Longo Mai parece dar muestra de que existe una conciencia comunitaria
importante, encontrando en ella sentido y propósito de muchas de las decisiones
y proyectos que realizan en el lugar. El intercambio de alimentos, las
iniciativas de interés común como UNAPROA, los espacios que promueven ese
compartir entre personas y el intercambio de saberes entre locales y los
extranjeros que constantemente se genera en el lugar evidencian ese sentido de
comunidad presente.
Un rasgo de recalcar también y muy relacionado con esa concepción
de buen vivir es el vínculo que se establece con la naturaleza, las personas
con las que se tuvo la oportunidad de compartir durante nuestra visita, dieron
muestra de que en ellos y ellas existe una relación cercana con su entorno
natural. Al ser personas que diariamente trabajan en convivencia directa con la
tierra, conocen muchos de sus ciclos, de sus momentos y del valor que tiene
cada producto que nace de su buen cuido. Creo que al ser muchos declarados como
campesinos y campesinos, nacen o toman en el camino cierta conciencia del papel
trascendental que cumple la naturaleza en lograr tener su sustento diario, encontrando
en ella más allá que alimento, medicina, trabajo y de alguna forma admiración.

Capacidad
de imaginación como indicador de cambio
Luego del debate en tratar definir cuál categoría o
conceptualización era la más cercana con la realidad que superficialmente
conocimos, ilusamente tal vez decidí creer que quizás en Longo Mai existe un mal desarrollo que paulatinamente se
transforma y reconfigura constantemente en un buen vivir, lleno de imperfecciones pero auténtico y consciente.
Creo que el primer buen paso en esta iniciativa desde sus inicios fue confiar
en su capacidad para imaginar y dotar de acciones a esas ideas, como apunta
Castoriadis “… esta capacidad de imaginación
siempre se manifiesta como sueño o como enfermedad, como contestación o como
desviación. Pero si encuentra la forma de relacionarse colectivamente y se dota
de un proyecto social articulado, se vuelve potencia creativa, “imaginario
social constituyente”…”
En
el caso de Longo Mai en nuestro país creo que la prolongación y seguimiento de
ese primer paso se combina con la voluntad de sus habitantes de salir adelante,
es casi como si se aferraran a no dejar de dar la lucha a pesar de las
adversidades.
Bibliografía:
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cambiará este.
BOFF, Leonardo (2009) .Vivir mejor o “el buen
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“Decrecimiento como acción política”. En Decrecimiento o barbarie. Para
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SEN,
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WILLETTE Luc
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Spendlingwimmer, Jiri (2008) El impacto
negativo del etnocentrismo de los cooperantes internacionales en las ONG´s
del sur de Costa Rica Tesis Magister der Philosophie.Universitat Vien.
Disponible en: http://www.vida-nueva.co.cr/doku/tesis_esp...pdf
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